El esguince lateral de tobillo es una de las lesiones más comunes de encontrar en traumatología. Hasta el 20% de estas conllevan inestabilidad mecánica o funcional de la articulación y la sintomatología que presenta el paciente es sensación de falta de control de la articulación. En estos casos y en primer lugar, se opta por un tratamiento conservador basado en rehabilitación funcional y preventiva, donde entramos los fisioterapeutas.
Si no se consiguen buenos resultados, existen tres técnicas dentro del tratamiento quirúrgico: reparación de los ligamentos lesionados, reconstrucción de los ligamentos mediante refuerzos de injertos o tenodesis de las articulaciones subastragalina y tibioastragalina. Como en todo tratamiento, es fundamental individualizar cada paciente y evaluar todos los posibles factores que pueden afectar a su estado funcional.
La inestabilidad crónica de tobillo se trata de una patología ocasionada por una lesión residual (generalmente por la repetición de esguinces) donde el paciente refiere sensación de falta de seguridad y una percepción subjetiva de que el tobillo cede en su estabilidad articular, produciendo lesiones del tobillo por inversión forzada.
El tobillo es la articulación más estable del cuerpo. El complejo ligamentoso lateral del tobillo actúa como una única unidad funcional, y es el más implicado en los fenómenos de inestabilidad. Este está compuesto por el ligamento peroneo-astragalino anterior, el ligamento perneo-calcáneo, y el ligamento peroneo-astragalino posterior.
El mecanismo lesional más habitual del esguince lateral de tobillo es la flexión plantar forzada, la inversión del tobillo, y la rotación interna. Este movimiento implica un gran estrés en las fibras del complejo lateral, especialmente para el ligamento peroneo-astragalino anterior. Los esguinces grado III implican rotura completa del ligamento peroneo-astragalino anterior y el ligamento peroneo-calcáneo, con afectación o no del ligamento peroneo-astragalino posterior y de la cápsula articular, son los que más frecuentemente podrán generar una inestabilidad de tobillo, y los que presentan más dificultades de cara al tratamiento.
Los métodos de tratamiento más utilizados incluyen desde la inmovilización con férulas y el manejo funcional, hasta la reparación quirúrgica en fase aguda.
Las lesiones ligamentosas del tobillo son las lesiones más comunes durante la práctica deportiva. Así pues, el esguince de tobillo representa el 40% de todas las lesiones que sufren los atletas. De todos ellos, el 80% se resuelven sin dejar secuelas con el tratamiento adecuado y el 20% de los esguinces agudos dan lugar al desarrollo de una inestabilidad mecánica o funcional, pudiendo terminar en una inestabilidad crónica de tobillo.
Además, aproximadamente el 30% de la población activa que sufre un esguince lateral de tobillo pueden referir un cuadro de dolor e inestabilidad más allá de un año después de la lesión. Es importante saber esto, puesto que tendremos que realizar un tratamiento adecuado, si no queremos que el paciente forme parte del 20%.
A la hora de la exploración física, observaremos cierta hipersensibilidad. También es fundamental ver la movilidad articular de la articulación tibioastragalina, la subastragalina, y las del mediopié. Además, es importante evaluar las posibles deformidades del retropié y ver como de establecidas o reductibles son.
En Clínica de fisioterapia Physos, realizamos siempre una buena exploración adaptamos el tratamiento a cada caso en concreto. En caso de esguince evaluamos la gravedad de la lesión y con ello prevenimos y evitamos la inestabilidad crónica de tobillo.