La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia en las personas mayores, siendo su inicio alrededor de los 70 años aunque también podemos encontrarla en edades más avanzadas.
La demencia es un trastorno cerebral que hace que la persona vaya perdiendo la capacidad de realizar las actividades de la vida diaria y sobre todo la pérdida de la noción del propio yo y por tanto de la memoria. Este trastorno produce alteraciones cognitivas, alteraciones funcionales, trastornos psicológicos y de comportamiento.
La OMS la define como “enfermedad degenerativa cerebral primaria de etiología desconocida que presenta rasgos neuropatológicos y neuroquímicos característicos. Es de inicio insidioso y lento y evoluciona progresivamente durante años.”
Identificación del Alzheimer
El Alzheimer comienza con síntomas leves y conforme el paso del tiempo, estos aumentan paulatinamente. Normalmente, se entiende como Alzheimer avanzado cuando se presentan algunos de los siguientes síntomas:
- Pérdida de memoria que afecta a las labores diarias
- No reconocimiento de sí mismo ni de los demás
- Problemas en el lenguaje como olvido de palabras
- Desorientación en el tiempo y en el espacio
- Tener conductas inapropiadas del momento o lugar
- Alteración del pensamiento abstracto
- Colocación o cambio de objetos en lugares erróneos
- Cambios de humor y comportamiento
- Cambios en la personalidad
- Pérdida de iniciativa, falta de motivación
El Alzheimer actúa por fases
Además de estos signos a tener en cuenta, otros signos que pueden aparecer en el Alzheimer son síntomas parkinsonianos como la bradicinesia (movimientos lentos), la inestabilidad en la marcha y el equilibrio y falta de coordinación.
Pueden tener también fuertes lagunas de amnesia y agnosia grave, se fatigan al menor esfuerzo y tienden a deambular sin rumbo; estos síntomas suelen aparecer en la segunda fase de la enfermedad.
En la tercera fase, la cual ya llega a ser grave, la persona es dependiente para todas las actividades de la vida diaria, hay tendencia al inmovilismo severo, pérdida de la comprensión y el habla, caídas frecuentes por la alteración de la marcha y el equilibrio, control motor pobre, agravamiento de signos neurológicos, riesgo de atragantamiento, etc.
La fisioterapia mejora las capacidades de la persona con Alzheimer
A esta enfermedad debemos sumarle la edad de las personas que la sufren y sus patologías añadidas, dando lugar a una disminución del movimiento y las consecuencias que ello conlleva como por ejemplo: rigidez articular, atrofia muscular, disminución de la función digestiva, así como respiratoria y renal.
Dependiendo de la fase de la enfermedad donde se encuentre la persona, la fisioterapia en Alzheimer va a tener diferentes objetivos. Siempre será tratamiento rehabilitador personalizado.
¿Qué objetivos tiene la fisioterapia en pacientes con Alzheimer?
La fisioterapia tiene diferentes objetivos en función de la fase de la enfermedad en la que se encuentre el paciente.
Fase I: Se encuentran en una fase todavía independiente funcionalmente.
- Facilitación del movimiento normal. Evitar compensaciones a la hora de hacer ciertos movimientos como la marcha o subir un brazo por ejemplo ya que, por la edad, pueden haber generado alguna tendinitis y al no poder subir bien el brazo hacen movimientos compensatorios.
- Realizar ejercicios para mantener el rango articular y la fuerza muscular.
- Entrenamiento de la resistencia a la fatiga.
- Trabajar la capacidad respiratoria.
- Entrenamiento de la marcha, equilibrio y coordinación.
- Educación sanitaria para cuidadores y familiares
Fase II: Dependencia parcial por la progresión de la discapacidad física y dependencia funcional.
- Mantenimiento de un buen control postural.
- Estimulación sensorio-motriz
- Prevención de complicaciones articulares y musculares.
- Mantenimiento de la capacidad cardio-respiratoria.
- Reeducación marcha y equilibrio.
- Adaptación en el entorno y reeducación en las actividades de la vida diaria.
Fase III: Dependencia total con grandes problemas de movilidad.
- Optimizar el confort de la persona
- Evitar deformaciones articulares así como contracturas musculares
- Mantener la capacidad respiratoria
- Evitar úlceras por presión debido a la falta de movilidad
A la hora de realizar la fisioterapia en Alzheimer, debemos establecer una rutina, intentando que sea la misma hora, con el mismo rehabilitador, mismo lugar y ejercicios. Para llamar su atención y que tengan ganas de hacer el tratamiento rehabilitador es necesario hacerle la sesión amena ya sea incluyendo música, ritmos, haciendo la sesión en grupo, con actividades sencillas, etc. Siempre ambiente agradable y sin llegar a la fatiga.
En clínica de fisioterapia Physos, en Salamanca, contamos con un equipo de grandes profesionales que realizarán un diagnóstico previo para establecer las pautas y el tratamiento más adecuado para cada caso.
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